Fiesta, siesta, Luis Fabiano y Kanouté
- Albert Berrocal
- 3 nov 2019
- 3 Min. de lectura
La pareja malí/brasileña se encargó de dinamitar al Sevilla hasta las más altas cotas del fútbol internacional. Carácter, clase y una condición exquisita describieron una de las mejores décadas de la entidad, lideradas por la pareja, probablemente, más contundente de la historia del club.

Foto:RTVE / Luis Fabiano y Kanouté, una dupla para la historia sevillista.
La mecha que dinamitó e impulsó en Europa a un Sevilla que, a día de hoy, es la gran amenaza de la segunda gran competición continental tiene fecha y feudo. El 10 de mayo de 2006, en el Philips Stadium de Eindhoven, los de Nervión comparecían en su primera final de la Copa de la UEFA. Un agónico desenlace en el Pizjuán en la vuelta de las semifinales frente al Schalke, con un único gol en la prórroga del símbolo y emblema más representativo y emotivo del club, Antonio Puerta, puso en el eje central del fútbol europeo a los de Juande Ramos. En Holanda esperaba el Middlesbrough de Gareth Southgate, seleccionador inglés en la última Copa del Mundo en Rusia. Pero no hubo ni partido ni final. Como mínimo por lo que respeta al marcador final. Un 0-4 y primer título para los del sur.
Una dupla histórica
Una de las muchas claves para entender tanto ese partido como la implosión del club durante finales de la primera década de los 2000 fue la pólvora que presentaba arriba, personificada, sobre todo, en la pareja Luis Fabiano - Kanouté. De hecho, el primer y último tanto de ese encuentro ya mencionado fueron suyos. Juntos marcaron el compás atacante de uno de los mejores equipos que ha visto el Pizjuán en sus más de 60 años de historia.
La pieza clave del dueto, aunque se entendían a las mil maravillas y juntos componían una musicalidad admirable para cualquier conjunto europeo, era Frédéric Kanouté. El malí llegó a España en la temporada 2005/06, curso exitoso ya citado donde el jugador consiguió ser el que más goles celebró de la plantilla tanto en la competición doméstica como en Europa. De hecho, durante el año siguiente fue capaz de marcar hasta 21 tantos en Liga, siendo decisivo en la final de Glasgow frente al Espanyol en la que sería, a la postre, la segunda UEFA consecutiva, tras marcar el gol sevillista en la prórroga.
Por su parte, Luis Fabiano aterrizó en Sevilla el mismo año que Kanouté, donde consiguió ser intérprete y director desde el primer pitido. Sin ir más lejos, el brasileño no se llevó el Trofeo Pichichi de milagro en la temporada 2007/08, cuando consiguió la friolera de 24 goles. Sustancia llena de desborde y calidad, mucha calidad, que describían a un jugador que llegó a ser pieza clave y campeón de la Copa América con su selección.

Foto: ElSevillista / Luis Fabiano y Kanouté lideraron el inicio de una época dorada en nervión.
Sin embargo, la conexión iba más allá del gol. Se entendían. Se buscaban. Y, en muchas ocasiones, se encontraban. De hecho, el mismísimo Monchi llegó a afirmar que podría ser la pareja atacante más interesante de las últimas cinco décadas. Si a estas dos perlas le añadimos jugadores como Palop, Navas o Adriano, todos futbolistas insignia para la institución sevillista, tenemos como resultado la más que probable mejor época del club. Un malí y un brasileño se encargaron de dar un color especial a un Sevilla histórico. Una dupla para la eternidad.
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