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Pau Darbra cambia el rumbo

El delantero del Granollers fue el jugador más destacado del partido en la victoria (2-0) contra el Banyoles del domingo. Después de una gran jugada individual, asistió a Albert Ruiz para que marcara el primer gol del encuentro, que acabó cambiando el derrotero del partido y la dinámica de los de Jose Solivelles


FUENTE: Pablo Soto (@pablo.soto18) / Pau Darbra, sobre el tapete del Municipal del Carrer Girona


Todos los caminos llevan a Roma, “All roads lead to Rome”, “Tutte le strade menano a Roma” … Díganlo en el idioma que quieran. Pau Darbra, contra el Banyoles, se encargó de demostrar que conoce al pie de la letra el itinerario para llegar a la capital italiana. Quién sabe, quizá, en una remota anterior vida, el ‘10’ del Granollers fue un romano más de aquel Imperio que construyó un sistema de comunicaciones de más de 70.000 km de distancia, para unir Roma con las zonas más lejanas del dominio. Desde África oriental hasta los bosques de Germania, desde la Península Ibérica hasta el Cáucaso y desde Inglaterra al Golfo Pérsico. En aquella vida, desde luego, no lo sabemos, pero en esta Darbra lo tiene claro: para llegar a Roma hay que pasar siempre por el Municipal del Carrer Girona. Desde África, Germania o el Cáucaso. Porque, cuando llega a Granollers, brújula en mano, sabe que su destino está en dirección noreste. Y, así, es como se da cuenta de que los pasos más eficientes serán los que vayan hacia adelante y los que hagan trabajar a su diestra (de dentro hacia fuera).


El domingo, contra el Banyoles, empezó el partido tirado a la banda derecha para tratar de insistir en su movimiento de ruptura habitual: de fuera hacia dentro o de derecha a izquierda. La típica acción de extremo para encarar portería con la pierna natural (en el caso de Darbra, la ‘zurdita’) que, junto al misil que tiene en el pie, ha permitido al de Tiana celebrar más de un gol (contra el San Cristóbal, por ejemplo). El Granollers empezó dominando el partido, pero no conseguía poner en apuros al meta visitante, Bartrina. Poca clarividencia en los metros finales y mucha disputa en la mitad de campo. Darbra, eléctrico y punzante -con más y menos suerte-, en los primeros 30’ intentó aportar cierto vértigo a las acciones para tratar de desdibujar la poblada defensa de los de Adam Fontes. Se empecinó en demostrar que él a Roma llega por la autovía y adelantando por la izquierda. A 180 km/h y sin áreas de descanso; tirando millas.


FUENTE: Pablo Soto (@pablo.soto18) / El '10' del Granollers, pura verticalidad


Gol de oro

La jugada que supuso un punto de inflexión en el desenlace del partido llegó en el 43’, a dos del descanso. Darbra, modo ‘yo me lo guiso, tú te lo comes’, decidió volver a transgredir la ley (y su ley). En el balcón del área, desde su banda natural, encaró, se fue del defensa atacando el lado derecho, se metió hasta la cocina -amague incluido- y se la dio mansa a Albert Ruiz para que enviara el balón al fondo de la red. A 180 km/h, sin áreas de descanso y adelantando por la derecha. El ‘10’ del decano del Vallés Oriental exploró caminos más anchos, los encontró y acabó teniendo premio. Se lo apuntaron al ‘9’, pero el gol es suyo; Darbra cambió el rumbo.


Cambió el rumbo porque los de Jose Solivelles venían de perder tres partidos consecutivos (Manresa, en casa; Hospitalet y Sant Andreu, fuera). Todavía no sabían lo que era ganar en 2020, cosa que les había penalizado en la clasificación (empezaron la J21 en sexta posición, fuera de la zona de playoff). Y en el partido contra el Banyoles (rival a priori asequible), hasta que no llegó el gol de Albert Ruiz, el equipo mostró síntomas de atoramiento. Aunque dominaba el partido, el Granollers no conseguía concretar las jugadas en los metros finales. Y en la cabeza del jugador, quiérase o no, estaban las derrotas cosechadas en el Narcís Sala y en el Municipal de Futbol de l’Hospitalet.


FUENTE: Pere Bagué / Lucha entre Granollers y Banyoles en el Municipal del Carrer Girona


Victoria merecida

El gol, sin duda, fue un bálsamo para los locales que, en la segunda parte, encararon el partido de otra manera. Aunque los del Pla de l’Estany tuvieron sus opciones, los blanquiazules fueron mucho más incisivos y pusieron a prueba a Bartrina, mediante el incansable Diego Garzón, Albert Ruiz y Ñito. El partido, eso sí, no se acabó decantando hasta el 90’, cuando ‘Muñi’ empujó a placer un balón que llegó desde el lateral. Así pues, el segundo acto sirvió para confirmar que los tres puntos se quedaban en el Municipal del Carrer Girona, y para ensalzar la actuación de Darbra en el partido. Puntos que, tras la derrota del Sant Andreu en Vilassar y el empate de la Pobla en Castelldefels, sirven a los del Vallés Oriental para volver a estar en plazas de promoción a 2aB.


Forrest Gump, un día, empezó a correr. Sin más, sin rumbo. Encontró en ello una motivación que le llevaría a seguir haciéndolo durante tres años, dos meses y catorce días seguidos. Darbra también tiene una motivación: Roma, el playoff. Pero, para llegar a buen puerto, a veces hay que cambiar el rumbo. En el barro, en la vida, en el fútbol. Forrest lo hizo corriendo, Darbra saltándose la ley, cambiando su ‘yo’ futbolístico.


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