Labruna - Loustau, los dueños de La Máquina
- Juan Cruz
- 17 nov 2019
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Probablemente haya sido uno de los mejores equipos no sólo de la historia de River, sino también, del fútbol argentino. La calidad de los jugadores que integraron ese plantel demostraba que ellos fueron uno de los pioneros en la modernización del fútbol, dado que, la táctica por momentos era una simple representación posicional para que los medios puedan analizar los encuentros.

Fuente: Wikipedia / El primer equipo que dio nacimiento a La Máquina
Cuando intentamos recordar equipos históricos, nos acordamos de La Naranja Mecánica con Cruyff como abanderado, también el exitoso Real Madrid de Alfredo Di Stéfano que ganó cinco Copas de Europa consecutivas, además los que lo vieron jugar cuentan que quizá, haya sido mejor jugador que Diego Armando Maradona.
Pero si queremos ser más específicos y nos adentramos exclusivamente a la historia del fútbol argentino, algunos equipos que dejaron su huella desde que el deporte se profesionalizó fueron el plantel de Ferro de la década de 1980 cuando ganó el Nacional de 1982 y 1984 de la mano de Timoteo Griguol y jugando realmente muy bien. El Boca de Bianchi de la década de 2000 que fue multicampeón consiguiendo copas Libertadores y hasta Intercontinentales pero sin dudas, uno de los mejores equipos que tuvo el fútbol mundial a lo largo de la historia fue La Máquina.
Dicho apodo fue brindado por un periodista prestigioso de la época, el uruguayo Ricardo Lorenzo Rodríguez, más conocido como “Borocotó” que trabajaba en la revista el Gráfico, sin embargo, Carlos Peucelle, uno de los integrantes de aquel plantel confesó que “La Máquina de River fue un invento de Doña Rosa, la mamá de Adolfo Pedernera”.
Pese a que, en sus orígenes, el equipo formaba con Carlos Peucelle y Adolfo Perdernera en el frente de ataque, en 1942 aparecería Félix Loustau y formaría una dupla formidable con Labruna. Incluso, hasta el día de hoy se comenta que Loustau fue y es el mejor wing de la historia del fútbol argentino.

Fuente: Marca / Loustau acompañado de Muñoz, Moreno, Pedernera y Labruna.
El primer encuentro que compartieron juntos fue el 28 de junio de 1942, en el triunfo frente a Platense por 1 a 0 cuando reemplazó a Aristóbulo Luis Deambrossi como puntero izquierdo pero lo que caracterizaba a la ofensiva de este equipo era la constante movilidad y cambios de posiciones de los jugadores.
“Los Caballeros de La Angustia porque salíamos al campo y jugábamos nuestra táctica: tomad la bola, dámela a mí, una gambeta, esto, lo otro y el gol venía solo. Generalmente el gol tardaba en llegar y la angustia era porque los partidos no se definían pronto. Dentro del área claro que queríamos hacer gol, pero en el centro del campo nos divertíamos. No había prisa” según cuenta Juan Carlos Múñoz.
El jefe de las ofensivas
Félix Loustau por su parte dio sus primeros pasos en el Club Social y Deportivo Unión de Crucecita, luego continuó su carrera en las divisiones inferiores de Racing Club pero a los 17 años, un ojeador lo descubrió y sin dudarlo le propuso firmar para el Club Atlético River Plate comandado técnicamente por Griguol que no dudó un segundo en aceptarlo y sumarlo al plantel.
Aunque en sus inicios comenzó jugando como lateral izquierdo, “Chaplin” como se lo conocía por su constitución física, luego pasaría a la posición de extremo y terminó siendo uno de los pilares fundamentales de las conquistas del primer equipo por aquellos años, por su velocidad y habilidad.

Fuente: Wikipedia / Félix Loustau con sus medias bajas y su imparable velocidad.
Ídolo y goleador histórico del club
Ángel Amadeo Labruna inició su carrera en River en 1939 con apenas 21 años luego de que fuera convocado para reemplazar a José Manuel Moreno a raíz de una huelga de los profesionales del club por una sanción aplicada al crack. Sin embargo, cuando llegó el momento del regreso del “Charro”, fue imposible sacarlo debido a sus altísimos rendimientos y sus goles.
A partir de este año, Timoteo Griguol lo consideró un jugador irremplazable y terminó formando una dupla histórica con Félix Loustau en la cuál, lograron varios títulos consecutivos y quedó en la historia del fútbol argentino por ser uno de los jugadores más goleadores con 293 tantos en 515 partidos a lo largo de su carrera, lo que demostraba ese olfato goleador que lo hacía diferente de los demás delanteros.

Fuente: Club Atlético River Plate / Ángel Labruna vistiendo la camiseta del club que lo vio nacer y lo tiene como ídolo máximo de la historia de la institución.
Una dupla formidable
El “Feo” como se lo conocía a Ángel Labruna y “Chaplin” jugaron 16 años juntos y ganaron ocho campeonatos y dos copas con River desde 1942 hasta 1957.
La inteligencia que tenían para jugar se veía reflejado en como lograban marear a la defensa rival, no sólo con sus asociaciones, sino también por como entendían el juego. Mientras Labruna se retrasaba unos metros, para elegir la dirección de la jugada, Loustau atacaba los espacios que dejaba la defensa y por momentos finalizaba las mismas, sin embargo, lo que más caracterizaba a esta dupla era el constante cambio de posición de Chaplin, pasando de izquierda a derecha y viceversa y la impresionante capacidad goleadora de el Feo.
Lo más increíble era las capacidades que manejaban ambos jugadores, eran totalmente completos por donde se los mire y eso justamente queda demostrado en la vigencia que se prolongó a través de 16 años.
Se necesitaban, se apoyaban, se conocían a la perfección, uno siendo un malabarista por la raya y los laterales del campo de juego, el otro, por su talento y su viveza para encontrar las oportunidades necesarias que lo terminarían convirtiendo en uno de los máximos goleadores de la historia del fútbol argentino junto con Arsenio Érico.

Fuente: Comunidad de River / Labruna y Loustau y una foto para el recuerdo.
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