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¿Qué le pasa al Barça?

Claro está que varias cosas preocupan en el equipo catalán. Todos saben que esa inquietud es consecuencia de factores que podrían llegar a costar la temporada.

Foto: DiarioAs / Valverde en entredicho tras el mal arranque del Barça.

Evidentemente, no estamos viendo la mejor cara del Barcelona. A pesar de ello, no debe haber lugar para el sensacionalismo en la crítica. Nunca se debe agigantar situaciones difíciles de un equipo por más trascendentes que sean sus debilidades. Tampoco podemos desconsiderar la posición que tiene y sigue teniendo un equipo como el culé dentro de la élite mundial del fútbol.

Si hay algo bonito de este deporte, son los momentos en los que no identificamos desproporciones jerárquicas entre dos equipos. Son pocos los que muestran la capacidad para plasmar esto. Cuando un inferior lo consigue, la presión se hace notar y entonces aparecen las fuertes críticas. Este es el caso del equipo de Valverde, que ha sufrido la coincidencia de padecer sus mayores debilidades, en la temporada donde todos quieren formar parte de la sorpresa.

Si bien la actualidad del Barça es similar a la que se le exige, existe una gran preocupación por algunos de los resultados desde el inicio de la temporada, ergo del mal funcionamiento de juego.

Foto: DiarioAs / Messi se lamenta en el Ciutat de Valencia.

Que Griezmann no ha encontrado su lugar en el equipo, es una evidencia. Dembelé siempre ha sido muy intermitente. Lautaro Martínez suena para rejuvenecer la posición de Suárez, no porque el uruguayo no responda como se le pide sino porqué cada vez le cuesta más ejercer la presión bien adelantada que el Barça siempre empleó en sus mejores partidos. Messi como siempre tira del carro, salva papeles, evita situaciones bochornosas a través de la enorme jerarquía que nadie pudo igualar durante la última década.

Lo más grave está en la mitad de la cancha. Y se multiplica cuando los del fondo comienzan a tener errores constantes. Sergio Busquets ha sufrido una categórica decaída durante el último tiempo. Esa capacidad de emplear una función tan estática, a día de hoy lo deja casi obsoleto. Por otro lado, está claro que nadie dudará de las enormes capacidades que tiene tanto el joven holandés De Jong y Arthur, que rápidamente se ganaron un puesto en el once inicial, demostrando gran superioridad respecto a sus compañeros. A pesar de ello, hemos podido notar errores que ya son habituales tanto en uno como en el otro, y es que De Jong sufre cuando tiene que salir de su posición habitual y la consecuencia suele ser imprecisiones que dejan mal parado al equipo. Por otra parte, debemos destacar su temporal inexperiencia, que se ve reflejada en el retroceso que suele realizar, el cual tiende a ser erróneo.

Arthur por su lado, al igual que Frenkie, no suele vascular de manera idónea en tareas defensivas y esto provoca una pobre aportación cuando el equipo debe ser sólido atrás.

Desde la perspectiva general del equipo, se debe señalar la eficacia en la presión adelantada que se le aplica al Barcelona, quien carece cada vez más de esta función. Además, es totalmente relevante la posesión constante del balón en el equipo catalán, ya que es cuando mejor juega y evita su peor postura, la de hacer el partido sin la pelota.

Las conclusiones pasan claramente por la necesidad culé de retomar la confianza en los partidos, realizando una presión bien alta y eficaz, moviendo la pelota de forma rápida y precisa y sobre todo aprovechando la posesión de la pelota con más determinación en la profundidad de su juego.

Obviamente un equipo como el Barça podría conquistar títulos con o sin tropiezos como los que tuvo en el último tiempo. El problema está en que, en una institución como ésta, la seguridad de ganar y jugar bien es siempre una obligación.

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