Un chispazo galo
- Albert Berrocal
- 8 nov 2019
- 2 Min. de lectura
El derbi de la Costa Azul entre Mónaco y Niza protagoniza una de las jornadas más vistosas de fútbol y pasión en Francia.

Fuente: @REUTERS / Mónaco y Niza
Durante los años veinte, la construcción de una casa para el retiro y la aparición pública de Coco Chanel y el duque de Westminster en una playa mediterránea revolucionó y puso sobre el mapa la Costa Azul francesa. El turismo de la zona sufrió una escalada ininterrumpida y el paraje se convirtió en un lugar de residencia veraniega que solo se vio suspendida por el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, tras el conflicto y con Francia en período de recuperación, la Côte d'Azur volvió a ponerse sobre el mapa. Y parte de su regeneración vino avivada y complementada con el fútbol. El balón sirvió de contexto para recuperar la memoria y la identidad de la zona y el país, siendo uno de sus máximos exponentes el derbi de la región. Niza y Mónaco, tan solo distanciadas por 20 quilómetros, dibujan cada temporada un escenario de fútbol, cuero y pasión.
El derbi de la Costa Azul es uno de los más calientes de la Ligue 1. Tiene su origen en el ocho de noviembre de 1953, cuando el Niza fue capaz de triunfar 0-3 a domicilio. De hecho, la década de los años 50 fue la más exitosa para el equipo nizardo, siendo capaces de alzar seis títulos en ocho temporadas (cuatro ligas y dos copas).
El Niza es uno de los equipos fundadores de la competición liguera francesa, que tuvo su punto de partida en el año 1932. Su sede tradicional siempre fue el Stade du Ray, donde, de hecho, tuvo lugar la victoria más abultada de la historia del derbi (6-0). No obstante, el estadio se vio desplazado en 2013 por el Allianz Riviera, donde se jugará el próximo derbi a principios de marzo del año próximo.

Fuente: tripline.es / La afición del Niza
El Mónaco, por su parte, es quien más choques directos se ha embolsado a costa de su rival, 38. Los del Principiado nacieron en 1924 y vivieron sus primeros años en el circuito regional en Provenza-Alpes-Costa Azul. El giro le llegó en el 32, cuando recibió la invitación de participar en la Liga Francesa. En cuanto a títulos, los monegascos rebasan considerablemente a su eterno rival, con una época dorada protagonizada por los maestros Lucien Leduc y Arsène Wenger.
La Costa Azul, un paraíso estival que, dos veces al año como mínimo, convierte la humedad y el calor del verano en un averno de sangre, lucha y pundonor. Dos conjuntos que luchan, a orillas del Mediterráneo, por lucir y convertirse en los anfitriones de las riadas de turistas que bañan el sur francés cada año.
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