El día que los leones se comieron al diablo
- Jordi Delgado
- 5 nov 2019
- 3 Min. de lectura
Si algo bonito tiene el fútbol es que muchas veces nos sorprende, nos deja boquiabiertos con hazañas que parecían casi imposibles y eso es lo que genera tanta afición a este deporte, su imprevisibilidad.

Foto: SkySports / Los jugadores del Bilbao celebran un gol en Old Trafford.
Octavos de final de Europa League, el sorteo, caprichoso, ha querido emparejar al Athletic Club de Bilbao con el Manchester United, una de las grandes potencias europeas de la historia contra un equipo que basa su política de fichajes en jugadores vascos, apostando por su fútbol y haciéndolo grande. La balanza, las apuestas, los expertos, todos ponen al United como favorito frente a un Bilbao sin presión pero que prometía dar guerra y que tenía un sueño, vencer al United
Un sueño hecho realidad A veces, los sueños se hacen realidad, y, que mejor sitio para cumplirlo que el denominado "Teatro de los sueños". El Bilbao salió con todo a Old Trafford pero pronto iba a llegar un jarro de agua fría, Rooney iba a poner el 1-0 en el minuto 22 el partido y, por consecuente, la eliminatoria, se ponían aún más cuesta arriba, sin embargo, un minuto antes del descanso Fernando Llorente devolvía las tablas al marcador para devolver las esperanzas.
Tras el descanso, esperaba una clase magistral del Bilbao encabezada, principalmente, por la figura del "Loco" Bielsa en el banquillo. En el minuto 71, Óscar De Marcos, por aquel entonces mediocentro, ponía el 1-2 en el marcador. Con 20 minutos aún por delante, todo lo que tenía que pasar, pasó entre el 89 y el final del partido. Minuto 89, un jovencísimo Iker Muniain, lleno de fuerzas todavía, remata al United con el 1-3, un resultado que dejaba la eliminatoria encarada, pero, dos minutos más tarde, un penalti permitía a Rooney poner el 2-3 definitivo.

Foto: Sky Sports / Pese a anotar 3 goles en la eliminatoria, Rooney cayó eliminado a manos del Bilbao.
Mediocentros de matrícula de honor
Si alguien destacó en aquel partido fue el trivote de centrocampistas que propuso Bielsa, fiel a su estilo y sin miedo al United, jugó con un pivote defensivo y dos interiores, expuesto a todo. Ander Iturraspe hizo el trabajo sucio de destructor de juego mientras Ander Herrera y Óscar De Marcos lo construían.
El primero, tomó las riendas del equipo y se doctoró en la que acabaría siendo su casa dos años más tarde. Recién llegado del Zaragoza esa misma temporada, a Ander no le tembló el pulso para llevar las riendas. El segundo, hizo uno de los mejores partidos de su vida anotando un gol y repartiendo una asistencia para hacer historia.

Foto: Daily Mail / Ander Herrera disputando un balón contra Ryan Giggs.
Solo Falcao pudo con aquel Atheltic
Ni Lokomotiv, ni United, ni Schalke, ni Sporting de Portugal. Ninguno de los cuatro pudieron impedir que el Bilbao alcanzase la final europea, un año para recordar con un equipo que entraría en los libros de historia del club bilbaíno. Solo hubo un equipo, más concretamente un jugador que pudo acabar con el sueño de ser campeones de Europa League.
9 de mayo de 2012. El Bilbao busca el título, enfrente, un conocido de La Liga, el Atlético de Madrid. Radamel Falcao iba a triturar toda esperanza en a penas 33 minutos con un doblete. Con el Athletic volcado al ataque, Diego sentenció esa final con el 3-0 definitivo.

Foto: RTVE / Las lágrimas de los jugadores tras caer en la final.
Pese a caer derrotados en la final y derramar lágrimas, aquel Bilbao es, probablemente, una de las mejores plantillas de la historia del club y, pese a no ganar el título, aquel año se ganaron la admiración de mucha gente por su lucha, consistencia y sacrificio.
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